Hola a tod@s! os reproducimos el artículo periodísitico que habla del final de las fiestas navideñas en la villa con esa hoguera de San Quílez. Además la foto no tiene desperdicio con ese Joselu en procesión!Binéfar despidió ayer las celebraciones navideñas con uno de los actos que conectan con su historia y tradición: la procesión y hoguera de San Quílez, rememorando las que antaño eran las fiestas de Invierno.
Los actos comenzaron a las cinco y media de la tarde, en la plaza de San Quílez. Los integrantes del Grupo Scout San Jorge fueron quienes, acompañados por el párroco Francisco Cabrero, se encargaron de traer al Santo sobre la peana. Después se procedió al reparto de las ramas entre los asistentes.
La procesión comenzó en la plaza, para seguir por la calle Teruel y desde la avenida de Aragón hasta la plaza de la Litera, donde se quemó la hoguera. Al paso de la procesión, los fieles arrojaron las ramas a la hoguera y después, en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, se ofició una misa baturra.
A las siete comenzó la degustación de productos típicos, panceta, longaniza y chorizo asados. La merienda se completó con diferentes juegos aragoneses, todo ello muy concurrido ya que este acto cuenta cada año con una gran participación popular. Como destacó ayer el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Binéfar, Luis Morillo, "la hoguera de san Quílez, es una de las señas de identidad que tiene la localidad, y ver la presencia de público es la mejor imagen de lo que significa para los binefarenses esta antigua tradición".
La hoguera se mantiene desde hace muchas décadas. Antaño, en la villa literana era fiesta local hoy, 7 de enero, y el escenario de la misma era la plaza de la iglesia. El santo se bajaba en procesión desde la ermita hasta la localidad, y era el Lunes de Pascua, el día de la romería, cuando San Quílez volvía de nuevo a la ermita. Los grupos de jóvenes competían con carros para ver qué cuadrilla de amigos era la que conseguía amontonar el fajo de leña más grande. La hoguera se convertía en el acto central de las fiestas.
Ayer, se rememoró la tradición y con un carácter menos festivo que el de antaño, los binefarenses volvieron a rendir culto a San Quílez.
Los actos comenzaron a las cinco y media de la tarde, en la plaza de San Quílez. Los integrantes del Grupo Scout San Jorge fueron quienes, acompañados por el párroco Francisco Cabrero, se encargaron de traer al Santo sobre la peana. Después se procedió al reparto de las ramas entre los asistentes.
La procesión comenzó en la plaza, para seguir por la calle Teruel y desde la avenida de Aragón hasta la plaza de la Litera, donde se quemó la hoguera. Al paso de la procesión, los fieles arrojaron las ramas a la hoguera y después, en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, se ofició una misa baturra.
A las siete comenzó la degustación de productos típicos, panceta, longaniza y chorizo asados. La merienda se completó con diferentes juegos aragoneses, todo ello muy concurrido ya que este acto cuenta cada año con una gran participación popular. Como destacó ayer el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Binéfar, Luis Morillo, "la hoguera de san Quílez, es una de las señas de identidad que tiene la localidad, y ver la presencia de público es la mejor imagen de lo que significa para los binefarenses esta antigua tradición".
La hoguera se mantiene desde hace muchas décadas. Antaño, en la villa literana era fiesta local hoy, 7 de enero, y el escenario de la misma era la plaza de la iglesia. El santo se bajaba en procesión desde la ermita hasta la localidad, y era el Lunes de Pascua, el día de la romería, cuando San Quílez volvía de nuevo a la ermita. Los grupos de jóvenes competían con carros para ver qué cuadrilla de amigos era la que conseguía amontonar el fajo de leña más grande. La hoguera se convertía en el acto central de las fiestas.
Ayer, se rememoró la tradición y con un carácter menos festivo que el de antaño, los binefarenses volvieron a rendir culto a San Quílez.
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